05 marzo 2021

El camino de Bodón a Fuenteguinaldo en 1914


Un viaje a Fuenteguinaldo

Por asuntos propios, tuve necesidad de realizar, hace ya días, un viaje a Fuenteguinaldo; -fue en aquellos en que, de una manera patente, inauguró la nieve su ostensible aparición-.

Desde esta Capital, traslademe a esa población [Ciudad Rodrigo] pernoctando en el Hotel Machero, donde su dueño, no muy algo de estatura, pero muy alto por la amabilidad de su carácter, por lo ocurrente y dicharachero, me hizo pasar un agradable rato con sus chistes ingeniosos.

Tenía sueño y cansancio, pero el simpático Manolo, como más de una vez le nombraron en mi presencia, siempre disponía de una coartada para hacer familiar e interminable la conversación, consiguiendo que el ansiafo Don Fernando, se retirara a sus lares.

Desconocedor de las vías de comunicación entre Ciudad Rodrigo y Fuenteguinaldo, pregunté al que ya en adelante llamaré incansable Manolo, cuáles serían las más apropiadas para realizar mi proyectado y frustrado viaje, y al contestarme que hasta Bodón había carretera del Estado y desde esta localidad a Fuenteguinaldo camino provincial, me regocijé, porque de rápida manera podrían llevarse a efecto mis planes.

Condicionalmente, había arrendado un auto, el que, en el día señalado, llegó a esa Ciudad, conducido por el técnico correspondiente.

Llegado ahí, indagó y encontró un práctico para que le indicara sinuosidades y accidentes del terreno, desconocidos para quien nunca haya recorrido el camino que se propone emprender.

Di comienzo al viaje. Con velocidad moderada, sintiendo la inclemencia del tiempo, me felicitaba a mí mismo, por no hallar dificultad alguna, al fijarme en el buen consolidado de la carretera; eso sí, me hizo meditar bastante, las pocas o ningunas salvaguardias o salvavidas que existen en los grandes terraplenes de las llamadas Cuestas del Bodón.

Llego a este pueblo y en una casa, mitad fonda, mitad posada, pero con visos a lo primero, por su esmerado trato y selecto servicio, -que también en las posadas se encuentra-, me sirven, con exquisita cortesía, algo que es más que desayuno, de lo mismo que participan mis acompañantes.

Prosigo mi viaje, esperanzado, seguro de que podré regresar en el mismo día al punto de partida.

Pero, ¡qué desilusión! Percibo que a los pocos minutos de circular en el mal llamado camino provincial, desde Bodón a Fuenteguinaldo, la velocidad y comodidad del vehículo, disminuyen en grado muy creciente; que no puedo culpar de ello ni al conductor, ni a las condiciones del carruaje, -que me cuesta caro- y percibo también que mi llegada a Fuenteguinaldo, sin arrostrar serios contratiempos, será difícil.

Veo, que ni hay camino provincial, ni siquiera muerto o de herradura; veo un sin número de baches, de lodazales, de peligros inminentes, veo que se quiere hacer transitable lo intransitable y me sonrojo.

Toco el timbre y el auto se detiene.

- ¿Qué se ofrece? -me pregunta el conductor.

- Que regreso a Ciudad Rodrigo.

- Señor, el viaje se realizará, nunca he visto caminos provinciales como este, que por apodo así lo llaman, pero llegaremos.

- No, no quiero, vira y a Ciudad Rodrigo.

Y a Ciudad Rodrigo llegué contristado por no haber podido cumplir mi misión, y reflexionando acerca de la actitud pasiva de los vecinos de Bodón y Fuenteguinaldo -este último el de mayor vecindario del partido- y la aún más indiferente, que los Diputados provinciales observan respecto a tan importante vía de comunicación.

M. E. F.

Salamanca y Diciembre de 1914.

*  *  *  *  *  *  *

El camino de Bodón a Fuenteguinaldo.

Un diputado provincial de este distrito nos ruega que en su nombre digamos al colaborador de A C, que firma con las iniciales M. E. F. y que ha pretendido descubrirnos:

Que el camino de Bodón a Fuenteguinaldo, no ha sido, no es, no podrá nunca ser, camino provincial.

2º Que esto no obstante la Diputación dedica a él, como a otros muchos, municipales, dos camineros provinciales.

3º Que en el presente año los pueblos emplearon en su mejora gran esfuerzo, mediante el acarreo de materiales en abundancia, y empleo de jornales múltiples bajo la dirección de varios camineros, provinciales, logrando poner la mayor parte de él en condiciones de cómodo y fácil tránsito.

4º Que los pueblos, celosos de sus intereses, acudieron al reciente concurso de caminos vecinales solicitando su inclusión en él.

5º Que sólo el distinguido colaborador de A C se le ocurre viajar en automóvil de lujo por caminos, para él y conductor, desconocidos, sin enterarse de sus condiciones, cuando tan fácil le hubiera sido adquirir datos en la Jefatura de obras públicas o provinciales, que le hubieran puesto al corriente de que se trataba de un camino municipal similar de tantos otros próximos a Salamanca, por los cuales no es muy corriente que circulen automóviles.

6º Que esto, no obstante, no debe ser tan detestable el camino de Bodón a Fuenteguinaldo en cuanto por él circularon autos de gran lujo, transitan coches a diario y casi constantemente un auto que llega, sale, entra, torna y retorna a Fuenteguinaldo, sin avería alguna; y

7º Que los diputados provinciales y Ayuntamientos de los pueblos de Bodón y Fuenteguinaldo, agradecen al colaborador de A C la lección que pretende darles y le prometen que si en su día se decide a emprender nuevo viaje, le prepararán un coche cama en el ferrocarril estratégico que desde este momento comenzarán a construir con grande entusiasmo, para ahorrarle las molestias del viaje en carruaje, que tan caro le cuesta.

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