EL ADELANTO. Salamanca, 24 de febrero de 1909
PUEBLO AMOTINADO
El alcalde de Fuenteguinaldo ha remitido al gobernador señor
Zapata, un telegrama dándole cuenta de haberse amotinado el pueblo, en virtud
de la negación del permiso que para celebrar corridas estos días de Carnaval,
se había solicitado.
La noticia viene tan escueta como la damos a conocer a
nuestros lectores, ignorándose hasta la fecha la importancia que pueda tener la
cuestión.
El gobernador pasó al jefe de la Guardia civil, señor Aldir,
una comunicación dándole cuenta del suceso.
En vista de esto, el señor Aldir salió ayer con fuerza para
dicho pueblo.
Del resultado que el asunto tenga daremos cuenta a nuestros
favorecedores.
EL ADELANTO. Salamanca, 27 de febrero de 1909
DEL MOTÍN DE FUENTEGUINALDO
A continuación, publicamos parte de la comunicación que el
jefe de la Guardia civil de esta ciudad, señor Aldir, que marchó a
Fuenteguinaldo en virtud del telegrama remitido por el alcalde de aquel pueblo
al gobernador, ha mandado a éste informándole de todo.
“Presentado en este pueblo, y después de oír a los tres
señores curas que allí residen, médico, teniente alcalde en funciones de
alcalde por ausencia, jefe de línea de la Guardia civil y cuantas personas
consideré conveniente consultar, resulta:
Que el alcalde pidió con la anticipación debida permiso al
señor Gobernador para celebrar las corridas que desde hace muchos años ya se
tenían en los tres días de Carnaval, permiso que con fecha 5 de los corrientes
fue denegado;
Que el sábado, día 20 del presente mes, el alcalde se
ausentó del pueblo, sin que ocurriese ningún hecho que justificase su salida,
ausencia que aún continúa, creyéndose esté en Ciudad Rodrigo;
Que el domingo, día 21, los mozos del pueblo trataron, de
noche, poner carros en la plaza para cerrarla y correr cuatro vacas, pero que
teniendo de ello noticias el primer teniente jefe de línea, lo impidió, y los
carros fueron llevados otra vez a los corrales sin la menor protesta;
Que el lunes, día 22, los hombres encerraron dos o tres
reses en un corral fuera del pueblo para divertirse unos cuantos vecinos, y
tampoco se les consintió, sin promover por ello el menor escándalo, y que el
día de mi llegada, martes de Carnaval, los vecinos del pueblo, convencidos que
no se les dejaba torear en sitio alguno, pidieron la música y se reunieron en
la plaza para bailar y divertirse, presenciando el jefe que suscribe esta
diversión sin que hubiese el más pequeño incidente.
Este pueblo es de unos setecientos cincuenta vecinos, y según noticias, es el más humilde y respetuoso de la provincia, dándose el caso que ningún hijo de él se halla en la actualidad en presidio, ni tampoco los hay procesados por el Juzgado de instrucción, molestando a este honrado vecindario la concentración de fuerza, por lo que trataron de justificarse, para que el que suscribe tuviese la certeza de que cuantos motivos se alegaron para ello eran infundados, dando también en la plaza, la gente reunida, que era mucha, varios vivas al Rey, a España y a la Guardia civil, y acordando el pueblo pagar el gasto hecho por los guardias en las posadas donde estuvieron alojados."
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